E VAN SETE!






Como era de esperar toca unha nova lei orgánica de educación.

E é que, desde que vivimos en democracia, nunca se aprobou unha lei educativa por consenso.
Así que todos os programas do partido na oposición sempre van cargados de futuras intencións cos cambios que se van producir nas leis educativas si é que eles chegan a gobernar.

A LGE, que se aprobou antes da democracia e durou dúas décadas, a LOECE, a LODE,  a LOGSE, a LOPEG, a LOCE, que non chegou a entrar en vigor, e  a LOE, que conlevou a derogación doutras leis anteriores, aínda que non da LODE, son mostra do profundo debate que suscita o tema da educación no noso país.
Así que non é de estranar que o novo goberno propoña unha nova lei orgánica de educación: a LOMCE (Lei Orgánica de Mellora na Calidade no Ensino), que promete ser o centro de duros debates.
Aínda que se trata dunha nova lei, aboga por vellas propostas, así que non é raro que algunhas das críticas que se lle podan realizar a esta lei, e que eu comparto, coincidan coas que o Colectivo Baltasar Gracián facía da LOCE no 2002. Permitídeme transcribir algunhas delas literalmente:

(...) "Se trata de impedir que la enseñanza pública sirva para trasmitir conocimientos útiles al común de la gente, reduciéndola a un servicio asistencial dirigido a sectores de población en cuyas expectativas (determinadas por su origen social, su nivel cultural y la ideología dominante) no entra, no ya llegar hasta la universidad, sino ni tan siquiera conseguir una formación cultural como parte integrante de su desarrollo personal: es decir, se quiere abandonar la idea de educación como servicio público para considerarla abiertamente como un elemento más del sistema de producción.  La mercantilización de la educación forma parte de los cambios estructurales que están sufriendo todas las sociedades, en su organización económica, cultural y social, destinados a producir una globalización uniformadora al servicio de los intereses de los poderes económicos.
Como una de sus consecuencias, el Estado, en lugar de entender la educación como un proceso que ayuda al individuo a alcanzar una autonomía personal, un pensamiento crítico y una capacidad para participar activamente en la sociedad, considera al alumno sólo como mano de obra potencial, cuya formación se debe abaratar. En ese contexto, resulta un despilfarro que la mayor parte de la población alcance una comprensión racional del mundo. Si añadimos que, para la empresa privada, es un negocio muy rentable la atención de las clases acomodadas que huyen de la degradación del sector público, se cierra la trampa que acaba con la auténtica libertad de educación (la que consiste en progresar hacia la igualdad de oportunidades), y se ponen las bases para la privatización del sistema educativo y para la producción de desigualdades culturales cada vez más profundas. La práctica habitual de la red privada consiste en un rechazo del alumnado que plantea más problemas para integrarse en un centro educacional (integración y compensatoria, por ejemplo: etnias y religiones). Así , niega el derecho a elegir centro a quienes pueden ser problemáticos para sus intereses y extiende la idea de que el deterioro de la Enseñanza Pública está provocado por la escolarización de esas poblaciones.Una interpretación que ayuda a aumentar la xenofobia (aporofobia, de odio al pobre, se debería decir), identificando la pobreza con las causas del deterioro de cualquier servicio público.
Rigurosamente, la relación causal es la inversa: la vocación de enseñanza marginal, reservada por sus gestores para la Enseñanza Pública, es la que terminará haciendo de ella una prestación asistencial de baja calidad, que impartirá una especie de “ salario mínimo cultural ”, lo que, sin duda, terminará por hacer de ella un vivero de violencia."
(...)
"Sin embargo, si no hay una proyección legislativa adecuada y la voluntad política de llevar a término real las propuestas, las buenas palabras no sirven para que se produzcan buenos hechos. Así,sucede que esta ley de calidad de la educación deja para el final del periodo considerado la comprobación de que se están consiguiendo los logros de la calidad. La reválida, elemento estimulador del esfuerzo en el ánimo positivo del legislador, se convierte, así, en sanción final del fracaso de la propia Ley. Porque esta ley apenas pone la atención en la enseñanza (malamente llamada) preescolar y muy poco en la primaria, y no se plantea en ningún momento de dónde proceden los desajustes del final de la secundaria: esos que obligan a considerar a un creciente número de alumnos (que no quieren saber nada de la enseñanza, ni del aprendizaje, ni de los conocimientos) como sujetos desechables al final del camino educativo.
Lejos de esperar a asestar una ignominiosa calificación de incompetencia al final del camino educativo, que procedería de aquella radical desigualdad inicial, es obligación absoluta de todo gobierno (si quiere ser legítimo desde el punto de vista de la justicia y la equidad) producir una enseñanza preescolar capaz de limar las desigualdades justo en el momento en que se están empezando a producir, sin esperar a que se desarrollen hasta los niveles inabordables a que habrán llegado sólo media docena de años después (para no hablar de la situación a los quince años). En este sentido, las ausencias en el Proyecto de Ley son más que significativas."

Aínda así, non nos enganemos, esta nova reforma non implica soamente máis do mesmo, moitos cremos que, baixo o pretexto da crise, estase a producir un cambio no modelo de estado  que implica o desmantelamento do sistema público. Como o propio colectivo madrileño manifestaba o pasado mes de xuño:
(...)
"Que nadie se engañe, no se trata de un retroceso coyuntural debido a la “crisis”, sino que ésta se está utilizando como pretexto para empujar a la enseñanza pública hacia un camino sin retorno de degradación y marginalidad. La ocasión la pintan calva para profundizar en las desigualdades ya asentadas en el sistema y establecer de forma más clara un marco educativo discriminador y selectivo. Se trata también de una batalla ideológica: desarmar de una vez por todas la conciencia social de que la educación es un derecho ciudadano y un servicio público, que no debe verse supeditado a las leyes de la rentabilidad o de la oferta y demanda del mercado, como propugnan los ideólogos neoliberales. Al igual que con respecto a cualquier otro bien, el acceso a la enseñanza estará cada vez más restringido y vendrá determinado por la posición económica y social."


Pero as opinións verquidas nesta entrada  non deixan de ser particulares e subxectivas polo que recomendo a visita á páxina web do Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para que vos informedes e saquedes as vosas propias conclusións. 
Alí podedes acceder á batería de propostas do anteproxecto da LOMCE e á dirección de correo electrónico habilitada nesa páxina co fin de recibir as posibles aportacións dos cidadáns.

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Ademais por si compartides as opinións  ou tedes curiosidade por saber máis do Colectivo Baltasar Gracián, pinchade no enlace ao Boletín de reflexión del Colectivo Baltasar Gracián



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