DAR A CADA UNO LO QUE NECESITA

Acabo de leer un artículo de prensa (del que os dejo el enlace por aquello de consultar las fuentes), en el que el  conselleiro de Educación de la Xunta de Galicia intenta justificar que "los centros que separan a su alumnado por género, lo hacen porque un sistema educativo igualitario no significa “dar a todos lo mismo”, sino a cada uno lo que necesita para sacar así el máximo partido de él”.

Personalmente, no estoy de acuerdo con ese comentario. Me parece una interpretación perversa que desvirtúa totalmente el espíritu que subyace bajo la concepción actual de la atención a la diversidad.

"Dar a cada alumno lo que necesita" significa tener en cuenta sus características y ajustar la respuesta educativa, de modo que cubramos las necesidades individuales del conjunto global del alumnado.

Supone concebir la escuela como un lugar en el que todos (y todas), con sus características individuales, tengan cabida.

Supone ofrecer a cada uno, aquello que mejor le ayude a desarrollar su máxima potencialidad, partiendo de lo que es. 

Pero "dar a cada uno lo que necesita" no puede convertirse en una excusa para legitimar  la segregación, bien sea  por diferencias culturales o, bien por sus características personales, sexo o capacidad.

Tampoco debe servir para enviar el mensaje de que con  las actuales políticas educativas se pretende fomentar la igualdad de oportunidades, porque, en realidad, éstas  son un instrumento que contribuye a reproducir las desigualdades sociales, ya que sólo se dedican a clasificar y separar al alumnado desde edades tempranas, a certificar su posible fracaso y a justificar la segregación de aquellos alumnos que no obtengan buenos resultados.


Para ser real, la pretendida igualdad de oportunidades no sólo debe velar por la igualdad de acceso al sistema educativo, sino también por la igualdad de oportunidades de llegar al final con éxito.

"No olvidemos nunca que la calidad de un sistema educativo no se mide únicamente por los logros alcanzados por aquellos alumnos bien dotados, sino, sobre todo, por la capacidad que tiene dicho sistema a la hora de ofrecer, proponer y aplicar un diseño y una práctica educativa capaz de dar respuesta a la diversidad de capacidades, intereses y motivaciones de todos los alumnos".( Mª Isabel Calvo Alvarez y Francisca González Gil. Universidad de Salamanca).

Así que, sin duda, aceptamos el reto de dar a cada alumno lo que necesita, pero dentro de un modelo de escuela diverso, inclusivo, justo, igualitario y coeducador.

Pero como las opiniones que manifiesto en esta entrada no dejan de ser particulares y , por tanto, subjetivas, os dejo el enlace al artículo que motivó esta entrada, para que saquéis vuestras propias conclusiones.





Fuente de la ilustración: El niño incomprendido


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